PART 16

 

[18.75] Dijo: «¿No te he dicho que no podrías tener paciencia conmigo?»

[18.76] Dijo: «Si en adelante te pregunto algo, no me tengas más por compañero. Y acepta mis excusas».

[18.77] Y se pusieron de nuevo en camino hasta que llegaron a una ciudad a cuyos habitantes pidieron de comer, pero éstos les negaron la hospitalidad. Encontraron, luego, en ella un muro que amenazaba derrumbarse y lo apuntaló. Dijo: «Si hubieras querido, habrías podido recibir un salario por eso».

[18.78] Dijo: «Ha llegado el momento de separarnos. Voy a informarte del significado de aquello en que no has podido tener paciencia.

[18.79] En cuanto a la nave, pertenecía a unos pobres que trabajaban en el mar y yo quise averiarla, pues detrás de ellos venía un rey que se apoderaba por la fuerza de todas las naves.

[18.80] Y en cuanto al muchacho, sus padres eran creyentes y tuvimos miedo de que les impusiera su rebeldía e incredulidad,

[18.81] y quisimos que su Señor les diera a cambio uno más puro que aquél y más afectuoso.

[18.82] Y en cuanto al muro, pertenecía a dos muchachos huérfanos de la ciudad. Debajo de él había un tesoro que les pertenecía. Su padre era bueno y tu Señor quiso que descubrieran su tesoro cuando alcanzaran la madurez, como muestra de misericordia venida de tu Señor. No lo hice por propia iniciativa. Éste es el significado de aquello en que no has podido tener paciencia».

[18.83] Te preguntarán por el Bicorne. Di: «Voy a contaros una historia a propósito de él».

[18.84] Le habíamos dado poderío en el país y le habíamos facilitado todo.

[18.85] Siguió, pues, un camino

[18.86] hasta que, a la puesta del sol, encontró que éste se ocultaba en una fuente pecinosa, junto a la cual encontró a gente. Dijimos:«Bicorne! Puedes castigarles o hacerles bien».

[18.87] Dijo: «Castigaremos a quien obre impíamente y, luego, será llevado a su Señor, que le infligirá un castigo horroroso.

[18.88] Pero quien crea y obre bien tendrá como retribución lo mejor y le ordenaremos cosas fáciles».

[18.89] Luego, siguió otro camino

[18.90] hasta que, a la salida del sol, encontró que éste aparecía sobre otra gente a la que no habíamos dado refugio para protegerse de él.

[18.91] Así fue. Nosotros teníamos pleno conocimiento de lo que él tenía.

[18.92] Luego, siguió otro camino

[18.93] hasta que, llegado a un espacio entre los dos diques, encontró del lado de acá a gente que apenas comprendía palabra.

[18.94] Dijeron: «¡Bicorne! Gog y Magog corrompen en la tierra. ¿Podríamos retribuirte a cambio de que colocaras un dique entre nosotros y ellos?»

[18.95] Dijo: «El poderío que mi Señor me ha dado es mejor. ¡Ayudadme esforzadamente y levantaré una muralla entre vosotros y ellos!

[18.96] ¡Traedme bloques de hierro!» Hasta que, habiendo rellenado el espacio vacío entre las dos laderas, dijo: «¡Soplad!» Hasta que, habiendo hecho del hierro fuego, dijo: «¡Traedme bronce fundido para derramarlo encima!»

[18.97] Y no pudieron escalarla, ni pudieron abrir brecha en ella.

[18.98] Dijo: «Ésta es una misericordia venida de mi Señor, pero, cuando venga la promesa de mi Señor, Él la demolerá. Lo que mi Señor promete es verdad».

[18.99] Ese día dejaremos que unos y otros se entremezclen. Se tocará la trompeta y los reuniremos a todos.

[18.100] Ese día mostraremos plenamente la gehena a los incrédulos,

[18.101] cuyos ojos estaban cerrados a Mi recuerdo y que no podían oír.

[18.102] ¿Piensan, acaso, quienes no creen, que podrán tomar a Mis siervos como amigos en lugar de tomarme a Mí? Hemos preparado la gehena como alojamiento para los infieles

[18.103] Di: «¿Os daré a conocer quiénes son los que más pierden por sus obras,

[18.104] aquéllos cuyo celo se pierde en la vida de acá mientras creen obrar bien?»

[18.105] Son ellos los que no creen en los signos de su Señor, ni en que Le encontrarán. Vanas habrán sido sus obras y el día de la Resurrección no les reconoceremos peso.

[18.106] Su retribución será la gehena por no haber creído y por haber tomado a burla Mis signos y a Mis enviados.

[18.107] En cambio, los que hayan creído y obrado bien se alojarán en los jardines del paraíso,

[18.108] eternamente, y no desearán mudarse.

[18.109] Di: «si fuera el mar tinta para las palabras de mi Señor, se agotaría el mar antes de que se agotaran las palabras de mar Señor, aun si añadiéramos otro mar de tinta».

[18.110] Di: «Yo soy sólo un mortal como vosotros, a quien se ha revelado que vuestro Dios es un Dios Uno. Quien cuente con encontrar a su Señor, que haga buenas, obras y que cuando adore a su Señor, no Le asocie nadie».

 

MARYAM

¡En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso!

[19.1] khy's.

[19.2] Recuerdo de la misericordia que tu Señor tuvo con Su siervo Zacarías.

[19.3] Cuando invocó interiormente a su Señor.

[19.4] Dijo: «¡Señor! Se me han debilitado los huesos, mis cabellos han encanecido. Cuando Te he invocado, Señor, nunca me has decepcionado.

[19.5] Temo la conducta de mis parientes a mi muerte, pues mi mujer es estéril. Regálame, pues, de Ti un descendiente,

[19.6] que me herede a mí y herede de la familia de Jacob, y ¡haz, Señor, que él Te sea agradable!»

[19.7] «¡Zacarías! Te anunciamos la buena nueva de un muchacho que se llamará Juan, sin homónimos en el pasado».

[19.8] «¡Señor!» dijo «¿Cómo puedo tener un muchacho, siendo mi mujer estéril y yo un viejo decrépito?»

[19.9] «Así será», dijo. «Tu Señor dice: 'Es cosa fácil para Mí. Ya te he creado antes cuando no eras nada'».

[19.10] Dijo: «¡Señor! ¡Dame un signo!» Dijo: «Tu signo será que, estando sano, no podrás hablar a la gente durante tres días».

[19.11] Entonces, salió del Templo hacia su gente y les significó que debían glorificar mañana y tarde.

[19.12] «¡Juan! ¡Coge la Escritura con mano firme!» Y le otorgamos el juicio cuando aún era niño,

[19.13] así como ternura de Nosotros y pureza. Y fue temeroso de Alá

[19.14] y piadoso con sus padres; no fue violento, desobediente.

[19.15] ¡Paz sobre él el día que nació, el día que muera y el día que sea resucitado a la vida!

[19.16] Y recuerda a María en la Escritura, cuando dejó a su familia para retirarse a un lugar de Oriente.

[19.17] Y tendió un velo para ocultarse de ellos. Le enviamos Nuestro Espíritu y éste se le presentó como un mortal acabado.

[19.18] Dijo ella: «Me refugio de ti en el Compasivo. Si es que temes a Alá...»

[19.19] Dijo él: «Yo soy sólo el enviado de tu Señor para regalarte un muchacho puro».

[19.20] Dijo ella: «¿Cómo puedo tener un muchacho si no me ha tocado mortal, ni soy una ramera?»

[19.21] «Así será», dijo. «Tu Señor dice: 'Es cosa fácil para Mí. Para hacer de él signo para la gente y muestra de Nuestra misericordia'. Es cosa decidida».

[19.22] Quedó embarazada con él y se retiró con él a un lugar alejado.

[19.23] Entonces los dolores de parto la empujaron hacia el tronco de la palmera. Dijo: «¡Ojalá hubiera muerto antes y se me hubiera olvidado del todo...

[19.24] Entonces, de sus pies, le llamó: «¡No estés triste! Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyuelo.

[19.25] ¡Sacude hacia ti el tronco de la palmera y ésta hará caer sobre ti dátiles frescos, maduros!

[19.26] ¡Come, pues, bebe y alégrate! Y, si ves a algún mortal, di: 'He hecho voto de silencio al Compasivo. No voy a hablar, pues, hoy con nadie'»

[19.27] Y vino con él a los suyos, llevándolo. Dijeron: «¡María! ¡Has hecho algo inaudito!

[19.28] ¡Hermana de Aarón! Tu padre no era un hombre malo, ni tu madre una ramera».

[19.29] Entonces ella se lo indicó. Dijeron: «¿Cómo vamos a hablar a uno que aún está en la cuna, a un niño?»

[19.30] Dijo él: «Soy el siervo de Alá. Él me ha dado la Escritura y ha hecho de mí un profeta.

[19.31] Me ha bendecido dondequiera que me encuentre y me ha ordenado la azalá y el azaque mientras viva,

[19.32] y que sea piadoso con mi madre. No me ha hecho violento, desgraciado.

[19.33] La paz sobre mí el día que nací, el día que muera y el día que sea resucitado a la vida».

[19.34] Tal es Jesús hijo de María, para decir la Verdad, de la que ellos dudan.

[19.35] Es impropio de Alá adoptar un hijo. ¡Gloria a Él! Cuando decide algo, le dice tan sólo: «¡Sé!» y se.

[19.36] Y: «Alá es mi Señor y Señor vuestro. ¡Servidle, pues! Esto es una vía recta».

[19.37] Pero los grupos discreparon unos de otros. ¡Ay de los que no hayan creído, porque presenciarán un día terrible!

[19.38] ¡Qué bien oirán y verán el día que vengan a Nosotros! Pero los impíos están hoy, evidentemente, extraviados.

[19.39] ¡Prevénles contra el día de la Lamentación, cuando se decida la cosa! Y ellos, entre tanto, están despreocupados y no creen.

[19.40] Nosotros heredaremos la tierra y a sus habitantes. Y a Nosotros serán devueltos.

[19.41] Y recuerda en la Escritura a Abraham. Fue veraz, profeta.

[19.42] Cuando dijo a su padre: «¡Padre! ¿Por qué sirves lo que no oye, ni ve, ni te sirve de nada?

[19.43] ¡Padre! He recibido una ciencia que tú no has recibido. ¡Sígueme, pues, y yo te dirigiré por una vía llana!

[19.44] ¡Padre! ¡No sirvas al Demonio! El Demonio se rebeló contra el Compasivo.

[19.45] ¡Padre! Temo que te alcance un castigo del Compasivo y que te hagas, así, amigo del Demonio».

[19.46] Dijo: «Abraham! ¿Sientes aversión a mis dioses? Si no paras, he de lapidarte. ¡Aléjate de mí por algún tiempo!»

[19.47] Dijo: «¡Paz sobre ti! Pediré por tu perdón a mi Señor. Ha sido benévolo conmigo.

[19.48] Me aparto de vosotros y de lo que invocáis en lugar de invocar a Alá, e invoco a mi Señor. Quizá tenga suerte invocando a mi Señor».

[19.49] Cuando se apartó de ellos y de lo que servían en lugar de servir a Alá, le regalamos a Isaac y a Jacob e hicimos de cada uno de éstos un profeta.

[19.50] Les regalamos de Nuestra misericordia y les dimos una reputación buenísima.

[19.51] Y recuerda en la Escritura a Moisés. Fue escogido. Fue enviado, profeta.

[19.52] Le llamamos desde la ladera derecha del monte e hicimos que se acercara en plan confidencial.

[19.53] Por una misericordia Nuestra, le regalamos como profeta a su hermano Aarón.

[19.54] Y recuerda en la Escritura a Ismael. Fue cumplidor de su promesa. Fue enviado, profeta.

[19.55] Prescribía a su gente la azalá y el azaque, y fue bien visto de su Señor.

[19.56] Y recuerda en la Escritura a Idris. Fue veraz, profeta.

[19.57] Le elevamos a un lugar eminente.

[19.58] Éstos son los que Alá ha agraciado entre los profetas descendientes de Adán, entre los que llevamos con Noé, entre los descendientes de Abraham y de Israel, entre los que dirigimos y elegimos. Cuando se les recitan las aleyas del Compasivo, caen prosternados llorando.

[19.59] Sus sucesores descuidaron la azalá, siguieron lo apetecible y terminarán descarriándose.

[19.60] salvo quienes se arrepientan, crean y obren bien. Ésos entrarán en el Jardín y no serán tratados injustamente en nada,

[19.61] en los jardines del edén prometidos por el Compasivo a Sus siervos en lo oculto. Su promesa se cumplirá.

[19.62] No oirán allí vaniloquio, sino «¡Paz!» y tendrán allí su sustento, mañana y tarde.

[19.63] Ése es el Jardín que daremos en herencia a aquéllos de Nuestros siervos que hayan temido a Alá.

[19.64] «No descendemos sino por orden de tu Señor. Suyo es el pasado, el futuro y el presente. Tu Señor no es olvidadizo.

[19.65] Es el Señor de los cielos, de la tierra y de lo que entre ellos está. ¡Sírvele, pues, persevera en Su servicio! ¿Sabes de alguien que sea Su homónimo?»

[19.66] El hombre dice: «Cuando muera, ¿se me resucitará?»

[19.67] Pero ¿,es que no recuerda el hombre que ya antes, cuando no era nada, le creamos?

[19.68] ¡Por tu Señor, que hemos de congregarles, junto con los demonios, y, luego, hemos de hacerles comparecer, arrodillados, alrededor de la gehena!

[19.69] Luego, hemos de arrancar de cada grupo a aquéllos que se hayan mostrado más rebeldes al Compasivo.

[19.70] Además, sabemos bien quiénes son los que más merecen abrasarse en ella.

[19.71] Ninguno de vosotros dejará de llegarse a ella. Es una decisión irrevocable de tu Señor.

[19.72] Luego, salvaremos a quienes temieron a Alá, y abandonaremos en ella, arrodillados, a los impíos.

[19.73] Cuando se les recitan Nuestras aleyas, como pruebas claras, dicen los infieles a los creyentes: «¿Cuál de los dos grupos está mejor situado y frecuenta mejor sociedad?»

[19.74] ¡A cuántas generaciones antes de ellos, que les superaban en bienes y en apariencia, hemos hecho perecer...!

[19.75] Di: «¡Que el Compasivo prolongue la vida de los que están extraviados, hasta que vean lo que les amenaza: el castigo o la Hora! Entonces verán quién es el que se encuentra en la situación peor y dispone de tropas más débiles».

[19.76] A los que se dejen dirigir, Alá les dirigirá aún mejor. Las obras perdurables, las obras buenas, recibirán ante tu Señor una recompensa mejor y un fin mejor.

[19.77] ¿Y te parece que quien no cree en Nuestros signos y dice: «Recibiré, ciertamente, hacienda e hijos»

[19.78] conoce lo oculto o ha concertado una alianza con el Compasivo?

[19.79] ¡No! Antes bien, tomaremos nota de lo que él dice y le prolongaremos el castigo.

[19.80] Heredaremos de él lo que dice y vendrá, solo, a Nosotros.

[19.81] Han tomado dioses en lugar de tomar a Alá, para alcanzar poder.

[19.82] ¡No! Negarán haberles servido y se convertirán en adversarios suyos.

[19.83] ¿No ves que hemos enviado a los demonios contra los infieles para que les instiguen al mal?

[19.84] ¡No te precipites con ellos, que les contamos los días!

[19.85] El día que congreguemos hacia el Compasivo a los temerosos de Alá, en grupo,

[19.86] y conduzcamos a los pecadores, en masa, a la gehena,

[19.87] no dispondrán de intercesores sino los que hayan concertado una alianza con el Compasivo.

[19.88] Dicen: «El Compasivo ha adoptado un hijo».

[19.89] Habéis cometido algo horrible,

[19.90] que hace casi que los cielos se hiendan, que la tierra se abra, que las montañas caigan demolidas,

[19.91] por haber atribuido un hijo al Compasivo,

[19.92] siendo así que no le está bien al Compasivo adoptar un hijo.

[19.93] No hay nadie en los cielos ni en la tierra que no venga al Compasivo sino como siervo.

[19.94] Él los ha enumerado y contado bien.

[19.95] Todos vendrán a Él, uno a uno, el día de la Resurrección.

[19.96] A quienes hayan creído y obrado bien, el Compasivo les dará amor.

[19.97] En verdad, lo hemos hecho fácil en tu lengua, para que anuncies con él la buena nueva a los que temen a Alá y para que adviertas con él a la gente pendenciera.

[19.98] ¡A cuántas generaciones antes de ellos hemos hecho perecer! ¿Percibes a alguno de ellos u oyes de ellos un leve susurro?

 

THAAHAA

¡En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso!

[20.1] th.

[20.2] No te hemos revelado el Corán para que padezcas,

[20.3] sino como Recuerdo para quien tiene miedo de Alá,

[20.4] como revelación venida de Quien ha creado la tierra y los altos cielos.

[20.5] El Compasivo se ha instalado en el Trono.

[20.6] Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra, entre ellos y bajo tierra.

[20.7] No es preciso que te expreses en voz alta, pues Él conoce lo secreto y lo aún más recóndito.

[20.8] ¡Alá! ¡No hay más dios que Él! Posee los nombres más bellos.

[20.9] ¿Te has enterado de la historia de Moisés?

[20.10] Cuando vio un fuego y dijo a su familia: «¡Quedaos aquí! Distingo un fuego. Quizá pueda yo traeros de él un tizón o encontrar la buena dirección con ayuda del fuego».

[20.11] Cuando llegó al fuego, le llamaron: «¡Moisés!

[20.12] Yo soy, ciertamente, tu Señor. Quítate las sandalias! Estás en el valle sagrado de Tuwa.

[20.13] Y te he escogido Yo. Escucha, pues, lo que se va a revelar.

[20.14] Yo soy, ciertamente, Alá. No hay más dios que Yo. ¡Sírveme, pues, y haz la azalá para recordarme!

[20.15] La Hora llega -estoy por ocultarla- para que cada uno sea retribuido según su esfuerzo.

[20.16] ¡Que no te desvíe de ella quien no cree en ella y sigue su pasión! Si no, ¡perecerás!

[20.17] ¿Qué es eso que tienes en la diestra, Moisés?»

[20.18] «Es mi vara», dijo. «Me apoyo en ella y con ella vareo los árboles para alimentar a mi rebaño. También la empleo para otros usos».

[20.19] Dijo: «¡Tírala, Moisés!»

[20.20] La tiró y he aquí que se convirtió en una serpiente que reptaba.

[20.21] Dijo: «¡Cógela y no temas! Vamos a devolverle su condición primera.

[20.22] ¡Y llévate la mano al costado! Saldrá, blanca, sana - otro signo-.

[20.23] Para mostrarte parte de Nuestros tan grandes signos.

[20.24] ¡Ve a Faraón! Se muestra reacio».

[20.25] Dijo: «¡Señor! ¡Infúndeme ánimo!

[20.26] ¡Facilítame la tarea!

[20.27] ¡Desata un nudo de mi lengua!

[20.28] Así entenderán lo que yo diga.

[20.29] Dame a alguien de mi familia que me ayude:

[20.30] a Aarón, mi hermano.

[20.31] ¡Aumenta con él mi fuerza

[20.32] y asóciale a mi tarea,

[20.33] para que Te glorifiquemos mucho

[20.34] y Te recordemos mucho!

[20.35] Tú nos ves bien».

[20.36] Dijo: «¡Moisés! Tu ruego ha sido escuchado.

[20.37] Ya te agraciamos otra vez.

[20.38] Cuando inspiramos a tu madre lo siguiente:

[20.39] 'Échalo a esta arqueta y échala al río. El río lo depositará en la orilla. Un enemigo mío y suyo lo recogerá'. He lanzado sobre ti un amor venido de Mí para que seas educado bajo Mi mirada.

[20.40] Cuando tu hermana pasaba por allí y dijo: '¿Queréis que os indique a alguien que podría encargarse de él?'. Así te devolvimos a tu madre para que se alegrara y no estuviera triste. Mataste a un hombre, te salvamos de la tribulación y te sometimos a muchas pruebas. Viviste durante años con los madianitas y luego viniste acá, Moisés. cuando estaba determinado.

[20.41] Te he escogido para Mí.

[20.42] ¡Ve! acompañado de tu hermano, con Mis signos, y no descuidéis el recordarme!

[20.43] ¡Id a Faraón! Se muestra rebelde.

[20.44] ¡Hablad con él amablemente! Quizás, así, se deje amonestar o tenga miedo de Alá».

[20.45] Dijeron: «¡Señor! Tememos que la tome con nosotros o que se muestre rebelde».

[20.46] Dijo: «¡No temáis! Yo estoy con vosotros, oyendo y viendo.

[20.47] Id, pues, a él y decid: 'Somos los enviados de tu Señor. ¡Deja marchar con nosotros a los Hijos de Israel y no les atormentes! Te hemos traído un signo de tu Señor. ¡La paz sobre quien siga la Dirección !'

[20.48] Se nos ha revelado que se infligirá el castigo a quien desmienta o se desvíe».

[20.49] Dijo: «¿Y quién es vuestro Señor, Moisés?»

[20.50] Dijo: «Nuestro Señor es Quien ha dado a todo su forma y, luego, dirigido».

[20.51] Dijo: «¿Y qué ha sido de las genera ciones pasadas?»

[20.52] Dijo: «Mi Señor lo sabe y está en una Escritura. Mi Señor no yerra, ni olvida.

[20.53] Quien os ha puesto la tierra como cuna y os ha trazado en ella caminos y hecho bajar agua del cielo. Mediante ella, hemos sacado toda clase de plantas.

[20.54] ¡Comed y apacentad vuestros rebaños! Hay, en ello, ciertamente, signos para los dotados de entendimiento.

[20.55] Os hemos creado de ella y a ella os devolveremos, para sacaros otra vez de ella».

[20.56] Le mostramos todos Nuestros signos, pero él desmintió y rehusó creer.

[20.57] Dijo: «¡Moisés! ¿Has venido a nosotros para sacarnos de nuestra tierra con tu magia?

[20.58] Hemos de responderte con otra magia igual. ¡Fija entre nosotros y tú una cita, a la que ni nosotros ni tú faltemos, en un lugar a propósito!»

[20.59] Dijo: «Vuestra cita será para el día de la Gran Fiesta. Que la gente sea convocada por la mañana».

[20.60] Faraón se retiró, preparó sus artilugios y acudió.

[20.61] Moisés les dijo: «¡Ay de vosotros! ¡No inventéis mentira contra Alá! Si no, os destruirá con un castigo. Quien invente, sufrirá una decepción».

[20.62] Los magos discutieron entre sí sobre su asunto y mantuvieron secreta la discusión.

[20.63] Dijeron: «En verdad, estos dos son unos magos que, con su magia, quieren sacaros de vuestra tierra y acabar con vuestra eminente doctrina.

[20.64] Preparad vuestros artilugios y, luego, venid uno a uno. ¡Quien gane hoy será feliz!»

[20.65] Dijeron: «¡Moisés! ¿Quién es el primero en tirar? ¿Tú o nosotros?»

[20.66] Dijo: «¡No! ¡Tirad vosotros!» Y he aquí que le pareció que, por efecto de su magia, sus cuerdas y varas echaban a correr.

[20.67] Y Moisés temió en sus adentros.

[20.68] Dijimos: «¡No temas, que ganarás tú!

[20.69] Tira lo que tienes en la diestra y devorará lo que ellos han hecho, que lo que ellos han hecho es sólo artimaña del mago. Y el mago no prosperará, venga de donde venga».

[20.70] Los magos cayeron prosternados. Dijeron: «¡Creemos en el Señor de Aarón y de Moisés!»

[20.71] Dijo: «Le habéis creído antes de que yo os autorizara a ello. Él es vuestro maestro, que os ha enseñado la magia. He de haceros amputar las manos y los pies opuestos y crucificar en troncos de palmera. Así sabréis, ciertamente, quién de nosotros es el que inflige un castigo más cruel y más duradero».

[20.72] Dijeron: «No te preferiremos a ti a las pruebas claras que se nos han ofrecido ni a Quien nos ha creado. Decidas lo que decidas, tú sólo decides sobre la vida de acá.

[20.73] Creemos en nuestro Señor, para que nos perdone nuestros pecados y la magia a que nos has obligado. Alá es mejor y más duradero».

[20.74] Quien viene a su Señor como culpable tendrá la gehena y en ella no podrá morir ni vivir.

[20.75] Quien, al contrario, venga a Él como creyente, después de haber obrado bien, tendrá la categoría más elevada:

[20.76] los jardines del edén, por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estará eternamente. Ésa es la retribución de quien se mantiene puro.

[20.77] Inspiramos a Moisés: «¡Sal de noche con Mis siervos y ábreles un camino seco en el mar! ¡No temas que os alcancen, no tengas miedo!»

[20.78] Faraón les persiguió con sus tropas y las aguas del mar les cubrieron.

[20.79] Faraón había extraviado a su pueblo, no le había dirigido bien.

[20.80] ¡Hijos de Israel! Os hemos salvado de vuestros enemigos y nos hemos dado cita con vosotros en la ladera derecha del monte. Hemos hecho descender sobre vosotros el maná y las codornices:

[20.81] «Comed de lo bueno de que os hemos proveído, pero sin excederos. Si no, me airaré con vosotros». Y aquél que incurre en Mi ira va a la ruina...

[20.82] Yo soy, ciertamente, indulgente con quien se arrepiente, cree, obra bien y, luego, se deja dirigir bien.

[20.83] «¡Moisés! ¿Por qué te has dado tanta prisa en alejarte de tu pueblo?»

[20.84] Dijo: «Son ellos los que me persiguen. Y he corrido hacia Ti, Señor, para complacerte».

[20.85] Dijo: «Hemos probado a tu pueblo después de irte, y el samaritano les ha extraviado».

[20.86] Y Moisés regresó a su pueblo, airado, dolido. Dijo: «¡Pueblo! ¿No os había prometido vuestro Señor algo bello? ¿Es que la alianza os ha resultado demasiado larga o habéis querido que vuestro Señor se aíre con vosotros al faltar a lo que me habéis prometido?»

[20.87] Dijeron: «No hemos faltado por propio impulso a lo que te habíamos prometido, sino que se nos obligó a cargar con las joyas del pueblo y las hemos arrojado. Y lo mismo hizo el samaritano».

[20.88] Éste les sacó un ternero, un cuerpo que mugía, y dijeron: «Este es vuestro dios y el dios de Moisés. Pero ha olvidado».

[20.89] ¿Es que no veían que no les daba ninguna contestación y no podía ni dañarles ni aprovecharles?

[20.90] Ya antes les había dicho Aarón: «¡Pueblo! Sólo se os ha tentado con él. Vuestro Señor es el Compasivo. ¡Seguidme, pues, y obedeced mis órdenes!»

[20.91] Dijeron: «No dejaremos de entregarnos a su culto hasta que Moisés haya regresado».

[20.92] Dijo: «¡Aarón! Cuando has visto que se extraviaban, ¿qué es lo que te ha impedido

[20.93] seguirme? ¿Has desobedecido mis órdenes?»

[20.94] Dijo: «¡Hijo de mi madre! ¡No me cojas por la barba ni por la cabeza! Tenía miedo de que dijeras: Has escindido a los Hijos de Israel y no has observado mi palabra'».

[20.95] Dijo: «¿Qué alegas tú, samaritano?»

[20.96] Dijo: «He visto algo que ellos no han visto. He tomado un puñado del polvo pisado por el enviado y lo he arrojado. Así me lo ha sugerido la imaginación».

[20.97] Dijo: «¡Vete de aquí! En esta vida irás gritando: '¡No me toquéis!' Se te ha fijado una cita a la que no faltarás. ¡Y mira a tu dios, a cuyo culto tanto te has entregado! ¡Hemos de quemarlo y dispersar sus cenizas por el mar!

[20.98] ¡Sólo Alá es vuestro dios, aparte del Cual no hay otro dios! Lo abarca todo en Su ciencia».

[20.99] Así te contamos historias de antaño y te hemos dado una Amonestación de Nosotros.

[20.100] Quien se desvíe de ella llevará una carga el día de la Resurrección,

[20.101] eternamente. ¡Qué carga más pesada tendrán el día de la Resurrección!

[20.102] El día que se toque la trompeta y reunamos a los pecadores, ese día, ojizarcos,

[20.103] diciéndose unos a otros por lo bajo: «No habéis permanecido sino diez días».

[20.104] Sabemos bien lo que dirán cuando el que más se distinga por su buena conducta diga: «No habéis permanecido sino un día».

[20.105] Te preguntarán por las montañas. Di: «Señor las reducirá a polvo y aventará.

[20.106] Las dejará cual llano nivelado,

[20.107] en el que no se verán depresiones ni elevaciones».

[20.108] Ese día, seguirán al Pregonero, que no se desviará. Bajarán las voces ante el Compasivo y no se oirá sino un susurro de pasos.

[20.109] Ese día no aprovechará más intercesión que la de aquél que cuente con la autorización del Compasivo, de aquél cuyas palabras Él acepte.

[20.110] Conoce su pasado y su futuro mientras que ellos no pueden abarcarlos en su ciencia.

[20.111] Los rostros se humillarán ante el Viviente, el Subsistente. Quien se haya cargado de impiedad, sufrirá una decepción

[20.112] Quien, en cambio, obra bien, siendo creyente, no tiene por qué temer injusticia ni opresión.

[20.113] Así la hemos revelado como Corán árabe. Hemos expuesto en él amenazas. Quizás, así, Nos teman o les sirva de amonestación.

[20.114] ¡Exaltado sea Alá, el Rey verdadero! ¡No te precipites en la Recitación antes de que te sea revelada por entero! Y di: «¡Señor! ¡Aumenta mi ciencia!»

[20.115] Habíamos concertado antes una alianza con Adán, pero olvidó y no vimos en él resolución.

[20.116] Y cuando dijimos a los ángeles: «¡Prosternaos ante Adán!» Se prosternaron, excepto Iblis, que se negó.

[20.117] Dijimos: «¡Adán! Éste es un enemigo para ti y para tu esposa ¡Que no os expulse del Jardín; si no, serás desgraciado!

[20.118] En él, no debes sufrir hambre ni desnudez,

[20.119] ni sed, ni ardor del sol».

[20.120] Pero el Demonio le insinuó el mal. Dijo: «¡Adán! ¿Te indico el árbol de la inmortalidad y de un dominio imperecedero?»

[20.121] Comieron de él, se les reveló su desnudez y comenzaron a cubrirse con hojas del Jardín. Adán desobedeció a su Señor y se descarrió.

[20.122] Luego, su Señor le escogió. le perdonó y le puso en la buena dirección.

[20.123] Dijo: «¡Descended ambos de él! ¡Todos! ¡Seréis enemigos unos de otros. Si, pues, recibís de Mí una dirección, quien siga Mi dirección no se extraviará y no será desgraciado.

[20.124] Pero quien no siga Mi Amonestación llevará una existencia miserable y le resucitaremos, ciego, el día de la Resurrección».

[20.125] Dirá: «¡Señor! ¿Por qué me has resucitado ciego, siendo así que antes veía?»

[20.126] Dirá: «Igual que tú recibiste Nuestros signos y los olvidaste, así hoy eres olvidado».

[20.127] Así retribuiremos a quien haya cometido excesos y no haya creído en los signos de su Señor. Y el castigo de la otra vida será más cruel y más duradero.

[20.128] ¿Es que no les dice nada que hayamos hecho perecer a tantas generaciones precedentes, cuyas viviendas huellan ellos ahora? Ciertamente, hay en ello signos para los dotados de entendimiento.

[20.129] Si no llega a ser por una palabra previa de tu Señor y no hubiera sido prefijado el plazo, habría sido ineludible.

[20.130] ¡Ten paciencia, pues, con lo que dicen y celebra las alabanzas de tu Señor antes de la salida del sol y antes de su puesta! ¡Glorifícale durante las horas de la noche y en las horas extremas del día! Quizás, así, quedes satisfecho.

[20.131] Y no codicies los goces efímeros que hemos concedido a algunos de ellos, brillo de la vida de acá, con objeto de probarles con ellos. El sustento de tu Señor es mejor y más duradero.

[20.132] ¡Prescribe a tu gente la azalá y persevera en ella! No te pedimos sustento. Somos Nosotros Quienes te sustentamos. El buen fin está destinado a los que temen a Alá.

[20.133] Dicen: «¿Por qué no nos trae un signo de su Señor?» Pero ¿es que no han recibido prueba clara de lo que contienen las Hojas primeras?

[20.134] Si les Hubiéramos hecho perecer antes con un castigo, habrían dicho: «¡Señor! ¿Por qué no nos has mandado un enviado? Habríamos seguido Tus signos antes de ser humillados y confundidos».

[20.135] Di: «Todos esperan. ¡Esperad, pues! Ya veréis quién sigue la vía llana y quién sigue la buena dirección».